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viernes, 6 de mayo de 2016

“Que 20 años no es nada…”

A mediados de los 90, en plena crisis post-olímpica, llegué a una conclusión: el sector del taxi iba a sobrevivir y debía aferrarme bien al volante para poder sobrevivir yo también.

Barcelona había triunfado con la organización de los JJOO en 1992 y preparaba su enésima adaptación al futuro que se vislumbraba. La apuesta era clara: una ciudad moderna, abierta, donde la diversidad de culturas la convirtieran en un sitio apetecible para todo tipo de visitantes, ya sean particulares o profesionales. Se crearon infraestructuras para hacer de Barcelona una ciudad de servicios. Y el taxi es un servicio.

Fruto de la necesidad de supervivencia profesional, nace el proyecto TaXXI, una apuesta que hicimos un puñado de taxistas sin ser conscientes del alcance real de nuestros planteamientos, que no solo eran profesionales, también apostábamos muy fuerte en el aspecto social. Debíamos adaptarnos al futuro inmediato pero queríamos hacerlo dejando una seña de identidad.

Así nació un proyecto con 3 pilares muy definidos: la Calidad, la Responsabilidad y la Solidaridad.

Con el mínimo de realismo necesario y el máximo de ilusión, llegamos a demostrar que nuestras iniciativas eran viables. El hecho de ser honestos en las propuestas y transparentes en la gestión, originó dudas en aquellos que, desde sus despachos, debían fomentar la sostenibilidad de nuestras acciones.

Las dudas de los dirigentes “responsables” se originaban en la imposibilidad de gestionar la actitud desinteresada de los taxistas, cuyo beneficio de imagen recaía en ellos mismos; tampoco las mejoras profesionales que intentamos convencían porque los beneficios iban directamente a los usuarios. Sin intermediarios.


Nos adelantamos como mínimo 20 años a la realidad de nuestro entorno; 20 años….... o más!

viernes, 3 de octubre de 2014

Forma de vida

Una forma de vida

“El taxi es una forma de vida”, le oí decir a un responsable de la gestión del taxi con despacho en la administración pública en los años 90. El transfondo humano, incluso tierno de la frase, oculta una realidad: es una forma de vida porque hay que dedicar todas las horas del día a ser taxista, incluso los días que no se puede trabajar por reglamento. La fiesta –feriado- laboral, se aprovecha para ir al taller y/o a la gestoría. Formas de disfrutar….

Con el tiempo, uno se acomoda en ese mundo donde hay que sobrevivir. El instinto prevalece y nos hace perder perspectiva de la situación que tenemos en la sociedad. No podemos dedicar energías a otra cosa que no sea tener en condiciones el vehículo y estar disponible para cualquier traslado. Esta es “la forma de vida” que nos deja necesidades sin cubrir y nos impide la vida social.

La vida familiar pasa a ser algo externo a nuestro mundo. Los espectáculos culturales los conocemos por los anuncios que vemos en las calles. De los cines y teatros conocemos sus ubicaciones y sus fachadas; la mayoría del sector no sabe el precio de una entrada.

Estos huecos los tenemos que cubrir con lo que disponemos en el día a día, es decir: con lo que encontramos en el coche o en su cercanía. 
La profesión hace que tengamos posibilidad de tratar con mucha gente; con algunas personas podemos llegar a tener una relación amistosa. Incluso familiar, ya me entienden. 
La radio, el medio de comunicación por excelencia en nuestro sector, nos mantiene informados sobre los temas más candentes de la actualidad. Las nuevas tecnologías hacen que la información nos llegue más rápido, con más calidad y en imágenes. Tenemos todo a nuestro alcance, pero nuestra forma de vida nos mantiene igual de lejos.

sábado, 30 de agosto de 2014

Taxista según la RAE

¿Trampa del lenguaje?

La 2ª acepción -de "taxista"- que ofrece el diccionario de la Lengua Española de la R.A.E., dice:
·       Taxista: “m. vulg.: proxeneta mantenido por una prostituta

Esta definición de taxista, que desaparecerá también en la próxima edición del diccionario, encaja perfectamente con la que ofrece de la palabra “taxi” (la acepción “vulgar”).

A los que nos gusta la profesión, sabemos que el coche es una extensión de nuestro cuerpo, es más: es un órgano vital. Esto se debe a las horas que pasamos con él;  incluso cuando nos apartamos físicamente no podemos dejar de pensar en su bienestar porque ayuda a nuestra subsistencia.

Hay casos que se podrían definir como un verdadero enamoramiento del taxista por su vehículo. Conozco más de uno. Y lo respeto, faltaría más, pero partiré de la idea que creo está más generalizada para considerar que nos hicieron trampa con las definiciones del diccionario de la R.A.E.

La “trampa”, desde mi punto de VisT@, radica en que la “prostituta” y el “proxeneta” son cuerpos distintos y nosotros formamos sólo uno con nuestro coche; de esta forma faltaría un personaje: o la “prostituta” o el “proxeneta”.

El ciudadano quizás esté convencido de que el papel social de “prostituta” lo protagoniza el usuario. Se equivoca, el usuario es el cliente, el que solicita el servicio.

El taxi está regulado, intervenido –parcialmente- y controlado por la administración, luego, la responsabilidad del funcionamiento del servicio es del funcionario de turno, cargo al que se llega por el camino de la política. Si recordamos los intereses económicos del sector, comprenderemos más fácilmente que el taxi, que es una parte del taxista, genera el dinero, o sea: los taxistas somos las “prostitutas”.

La trampa no es del lenguaje, la trampa es del “proxeneta” que da al cliente nuestro papel y nos endosa el suyo.

viernes, 29 de agosto de 2014

Taxi según la RAE

LA PROFESIÓN



La 2ª acepción del diccionario de la Lengua Española de la R.A.E., dice:
·       Taxi:m. vulg. Prostituta que mantiene a un proxeneta”.

Mal empezamos. Cierto es que este concepto más “vulgar” quedará suprimido en la próxima edición del diccionario que se espera para finales de 2014, pero la realidad es que está vigente.

Sin más comentarios. Por ahora, porque mucho me temo que padecemos situaciones que responden más a esta forma de entender al sector que a la estrictamente profesional.

El peso del sector del taxi en la economía local de las grandes ciudades y/o áreas de influencia, es muy considerable, y su gestión es “golosa”. En Barcelona, por ejemplo, cualquier medida que afecte al colectivo se multiplica por 10.500 (creo recordar que hay 10525 licencias en el Área Metropolitana de Barcelona).

Así, tienen que ser 10.500 taxímetros (relojes) los que estén instalados con sus respectivas impresoras térmicas, un módulo en el techo de cada coche, etc. Si a cada objeto le ponemos un precio y lo multiplicamos por el número de taxis, obtenemos una cifra que despierta el interés de los fabricantes de estos elementos.

A cada licencia le corresponde un coche y la flota se renueva entre un 15 y un 20% cada año. Estaríamos hablando de más de 1500 coches. Habría que agregar complementos y trámites burocráticos, seguros, etc.

Resumiendo: mucho dinero en circulación. Y negocio seguro para aquellos que, precisamente, no invierten nada y que solo necesitan un despacho en el departamento adecuado. Comisiones, favores, etc.


También podemos pensar bien y creer en la profesionalidad y vocación de los cargos públicos, principalmente de aquellos que son de “confianza”......(del que los colocó, lógico)

viernes, 22 de agosto de 2014

Introducción

SinTAXIS  de una  Profesión


Una sociedad moderna no se concibe sin taxis, sin embargo necesitamos la sintaxis para explicarlo. Contradicción aparente que no es tal.

El diccionario de la Lengua Española de la R.A.E. dice:
·       Sintaxis:”Parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos”.

Si cada uno de nosotros fuera una palabra, la comunidad expresaría conceptos mediante las oraciones que formaríamos coordinándonos y uniéndonos entre nosotros. De esta forma, entre todos estaríamos construyendo el concepto de modelo social y expresándolo mediante la convivencia ciudadana.

Repito: entre todos. Todas las palabras son necesarias en el lenguaje. Todas aportan algún sentido a la expresión.

La particularidad de cada palabra, es decir de cada uno de nosotros, también quedaría reflejada en esa convivencia ciudadana. Somos una parte ínfima pero necesaria de la sociedad. Esto hace que los análisis tengan infinidad de matices. El debate necesario entre las personas está servido.

Los cargos públicos deben saber “gramática” para “coordinar y unir las palabras”, pero analizando el resultado se podría cuestionar sus conocimientos porque combinan mal las “palabras”, es decir a los ciudadanos, y construyen las “oraciones” de forma incorrecta, demostrando ignorancia de la gramática social.

También es posible que sepan demasiado y de forma premeditada creen falsos conceptos para dejar en desuso gran parte del vocabulario, poniendo el acento en términos perjudiciales para la comunidad.


También dice el diccionario que:
·       Sintaxis:”Conjunto de reglas que definen las secuencias correctas de los elementos de un lenguaje de programación”.

Esta segunda acepción servirá para entender a la profesión, siguiendo el razonamiento gramatical, como una oración, como un todo, porque expresa un sentido completo. El sector tiene su normativa y un espíritu social muy pronunciado que le da alma propia en la comunidad de la que forma parte.


lunes, 18 de agosto de 2014

Presentación

"Ecce Taxi"


Soy taxista de Barcelona, a orillas del Mediterráneo. Las “bajadas de bandera”, es decir las reflexiones que haré en este espacio, si bien son a título personal, reflejarán situaciones que muy probablemente serán compartidas por otros taxistas, tanto del área donde trabajo como de muchas ciudades de todo el mundo. No en vano la palabra “taxi” forma parte de un “lenguaje internacional” y la profesión mantiene el espíritu allí donde se practica.

Contradictoria, con profesionales progresistas, conservadores, incluso hasta rancios; aislada en la proximidad, solitaria en medio de la multitud, la profesión tiene muchas pinceladas y tantos matices como los que tenemos cada uno de nosotros. Espero no perderme en el juego de palabras y hacer entendible mi “punto de VisT@”.