La
2ª acepción del diccionario de la Lengua
Española de la
R.A .E., dice:
· Taxi: “m. vulg. Prostituta
que mantiene a un proxeneta”.
Mal
empezamos. Cierto es que este concepto más “vulgar” quedará suprimido en la
próxima edición del diccionario que se espera para finales de 2014, pero la
realidad es que está vigente.
Sin
más comentarios. Por ahora, porque mucho me temo que padecemos situaciones que
responden más a esta forma de entender al sector que a la estrictamente
profesional.
El
peso del sector del taxi en la economía local de las grandes ciudades y/o áreas
de influencia, es muy considerable, y su gestión es “golosa”. En Barcelona, por
ejemplo, cualquier medida que afecte al colectivo se multiplica por 10.500
(creo recordar que hay 10525 licencias en el Área Metropolitana de Barcelona).
Así,
tienen que ser 10.500 taxímetros (relojes) los que estén instalados con sus
respectivas impresoras térmicas, un módulo en el techo de cada coche, etc. Si a
cada objeto le ponemos un precio y lo multiplicamos por el número de taxis,
obtenemos una cifra que despierta el interés de los fabricantes de estos
elementos.
A
cada licencia le corresponde un coche y la flota se renueva entre un 15 y un
20% cada año. Estaríamos hablando de más de 1500 coches. Habría que agregar
complementos y trámites burocráticos, seguros, etc.
Resumiendo:
mucho dinero en circulación. Y negocio seguro para aquellos que, precisamente,
no invierten nada y que solo necesitan un despacho en el departamento adecuado.
Comisiones, favores, etc.
También
podemos pensar bien y creer en la profesionalidad y vocación de los cargos
públicos, principalmente de aquellos que son de “confianza”......(del que los colocó, lógico)
No hay comentarios:
Publicar un comentario